http://www.aulaintercultural.org/
Por Diego Barcala
Un complemento obligatorio de formación para el alumn@.
Un caro seguro médico.
Un ideario católico incompatible con una educación laica...
Las posibilidades de un colegio concertado para excluir a los inmigrantes son muchas.
25 años después de que el PSOE aprobara la ley que implantó la doble red, de concertados y públicos sostenida por el Estado para universalizar la educación básica, sus ideólogos admiten que el sistema está "desvirtuado".
Las estadísticas de escolarización demuestran que un 90% de los alumn@s con necesidades especiales son asumidos por los centros públicos. "Pese a los criterios de cercanía del domicilio o de presencia de herman@s en el centro, hay que admitir que el sistema se ha distorsionado", asumió la pasada semana Alfredo Pérez Rubalcaba, que entró como alto cargo en 1982 en el Ministerio de Educación y salió en 1993 como ministro.
Hay comunidades que abusan de los conciertos para vetar a los alumn@s
"A los pocos días de entrar en el Ministerio de Educación, recibimos la visita de los obispos, que nos trajeron impresos en un papel sepia muy característico los decretos que teníamos que firmar y publicar en el Boletín Oficial del Estado. Así se gestionaba la educación en España en 1982", recuerda el ex ministro de Educación socialista José María Maravall. La anécdota explica el papel que hasta la llegada de Felipe González al poder tenía la Iglesia en la educación. Esa presión fue decisiva en la negociación de la LODE (Ley Orgánica del Derecho a la Educación) aprobada en octubre de 1985.
La ley inventó los colegios concertados para controlar las subvenciones que hasta entonces recibían los colegios privados y para completar una escuela pública que necesitaba crecer por encima de las posibilidades presupuestarias. "En ese momento era impensable que fueran a llegar tantos inmigrantes, pero se intentó que no fuera la escuela pública la que asumiera a la población marginal", analiza el ex diputado del PSOE y presidente de la Fundación Cives, Victorino Mayoral. "Se creó un millón de centros. Hoy en día es fácil ver cómo se parecen los colegios e institutos. Son todos iguales porque se crearon a la vez. Eso también es LODE", recuerda Rubalcaba.
El desmadre del sistema de conciertos tiene su punto de partida hace una década, cuando las competencias educativas fueron transferidas a las comunidades autónomas. La política educativa de Madrid aparece como ejemplo negativo en la izquierda política y los sindicatos pero también en Escuelas Católicas, la agrupación mayoritaria de colegios religiosos concertados. "Detrás de los nuevos centros hay empresas sin experiencia educativa. Es ahí donde hay que mirar con lupa que no se cobre a las familias", explica el asesor jurídico de Escuelas Católicas, Luis Centeno.
"Quien quiera una educación que no sea laica, que se la pague", exige IU
La estrategia neoliberal de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, es palpable en los nuevos barrios. En Sanchinarro, al norte de la capital y con 20.000 vecin@s, el primer colegio público, el Adolfo Suárez, fue inaugurado en 2007, pero a su alrededor ya hay cuatro centros concertados. Para el presente curso se ha dado un concierto a la entidad ultraconservadora CEU. "Exigimos más equipamientos. Este es un barrio donde no hay inmigrantes, pero la oferta pública es muy poca", denuncia la presidenta de la Asociación de Vecinos de Sanchinarro, Pilar San Román.
"En ningún sitio como en Madrid se ha cedido tanto suelo para concertados. Eso es subvencionar con dinero público un negocio", critica la portavoz del área de Educación de IU, Dolores Dolz. "No estoy de acuerdo en repartir a los inmigrantes como si fueran ganado. A veces es inevitable que vayan todos al centro del barrio donde viven. Lo que hay que hacer es dotar con más recursos a esos colegios", añade.
En Europa, Bélgica es el único país que también admite este sistema de financiación de centros privados, pero a cambio desarrolla un férreo control de los contenidos académicos, informa Daniel Basteiro. La legislación nacional exige la no discriminación por motivos de raza, orientación sexual o religión.
En España, Escuelas Católicas descarta el conflicto de la integración. "Hay mucha demagogia con los inmigrantes. Si la proximidad es determinante para tener una plaza es inevitable que vayan al mismo centro", señala Centeno. Él tampoco comparte que el papel de los concertados sea el de complemento de la pública: "La Constitución establece la libertad de elegir la educación religiosa. La concertada no va a desaparecer porque hay que dar esa oferta a las familias". "El que quiera una educación diferente a la laica, que se lo pague", responde Dolz.
La libertad de enseñanza es precisamente el argumento que utiliza Madrid para multiplicar la oferta religiosa. De hecho, el establecimiento por ley de la libertad de elección de centro, fue su principal reclamación en el fallido pacto de Estado por la educación. Ese derecho es usado incluso para concertar centros privados que separan a los alumnos por su sexo. "Mientras haya familias que lo demanden hay que ofrecerlo", razona Lucía Figar, consejera de Educación de Esperanza Aguirre.
La Iglesia y el precio frenan a los que no tienen recursos
Por Daniel Ayllón
Las clases de Religión impiden la matriculación de los musulmanes
En el corazón del distrito latino de Madrid, Tetuán, el colegio Jaime Vera educa a los hij@s de los inmigrantes con la economía más vulnerable de la zona.
"Muchos extranjeros no podemos pagar el precio de un centro concertado, ¡y menos aún el de un privado!", lamenta un grupo de madres en la puerta por la que acaban de entrar sus retoños a clase, tras la sirena de las nueve de la mañana. Todas son latinoamericanas, pero de la escuela también salen padres y madres marroquíes, chinos, filipinos o rumanos.
En el Jaime Vera, cerca del 90% del alumnado del colegio es extranjero.
Sin embargo, los menores de 16 años foráneos apenas representan el 23,8% de los que viven en el distrito, según el último boletín del ayuntamiento, del pasado 1 de julio.
Los centros públicos se han convertido en los últimos cinco años en guetos para extranjeros. El fenómeno es común en varios distritos de la capital. El colegio fue durante varios cursos uno de los centros de la vanguardia madrileña en integración de inmigrantes.
A 300 metros, se encuentra el colegio concertado San Juan Bautista, de la escuela salesiana. "El centro funciona bien. Tenemos cerca de 1.200 alumnos y, desde hace años, lista de espera para inscribir a muchos más", asegura su director, Gonzalo Vicente. En sus aulas, el porcentaje de extranjeros apenas ronda el 60%. "Pero nosotros no rechazamos a nadie, ¿eh? Lo que ocurre es que no tenemos apenas plazas vacantes, excepto en infantil. Por eso no hay más extranjeros", justifica el director.
Las influencias pueden dar puntos extras para lograr la plaza
El responsable apunta que el sistema de ingreso se basa en un ranking por puntos (renta familiar, cercanía de la vivienda al colegio, familia numerosa...) común para todos los centros de la Comunidad de Madrid. No obstante, la dirección puede otorgar un punto extra al chico que considere oportuno. Si pertenece a la "familia salesiana", por ejemplo, Vicente lo concede.
A pesar de que el centro concertado está financiado con fondos públicos, varias barreras frenan la llegada a los inmigrantes. La religión católica, para los musulmanes, es un ejemplo que reconoce el propio Vicente. Un cartel en el recibidor advierte a quienes vayan a matricular a sus hijos de que el centro se rige por el rito católico.
Otro ejemplo son los precios: el comedor para los más pequeños (desayuno, incluido) cuesta 140,6 euros mensuales. En el Jaime Vera son 99,78 euros. En este último, algunas familias han dejado de llevar a sus hijos a Religión por no poder pagar los libros. Y para colmo, las becas de la Comunidad de Madrid todavía no han llegado, denuncian.
El abismo económico
La diferencia de 50 euros mensuales en alimentación que hay entre los dos centros son un abismo para familias como la de Danilo, un colombiano de 38 años de edad que apenas trabaja media jornada los fines de semana. Su esposa es empleada de servicio doméstico.
Yenliza, madre soltera dominicana, se muestra "satisfecha" con la educación pública española. "Es muy buena. Aunque pudiese, yo no llevaría a mi hija a un centro gestionado por la Iglesia", asegura.
Las madres: "Nosotras no podemos pagar un colegio privado"
El Jaime Vera lleva tres años perdiendo estudiantes por el retorno de inmigrantes a sus países. Hace un lustro, tenía unos 750 alumnos. Durante el curso pasado, cerca de 40 familias borraron a sus hijos del centro e hicieron las maletas. El pasado viernes, cuando el conserje abrió las puertas a las 8:50 horas, entraron poco más de 500.
Sin aulas de enlace
La retirada de la polémica aula de enlace para chicos con dificultades lingüísticas en el Jaime Vera y otras dos escuelas del distrito ha caído como un mazazo. Sobre todo porque, al mismo tiempo, la Consejería de Educación ha ampliado el servicio (ahora disponible para primaria y secundaria) en el San Juan Bautista. La Comunidad de Madrid no explicó a este diario los motivos.
El director del centro religioso lo justifica alegando que ellos tienen más demanda. Las madres del público lamentan la falta de inversión. "Cuanto menos se invierta en la educación pública, menos familias querrán traer a sus hijos al este colegio", reflexiona Erika, madre peruana de una alumna.
http://www.publico.es/espana/344234/la-escuela-concertada-cumple-desvirtuada-25-anos