11 mar 2009

CÓMO DAR CLASE A LOS QUE NO QUIEREN

Dar clase es una tarea complicada, pero hacerlo a los que no quieren mucho más.

Si se
encerrara a dos personas en una habitación durante un largo período de tiempo, con el encargo a una de ellas de obligar a la otra a realizar tareas contra su voluntad, el resultado sería una probable rebeldía de la persona obligada.


¿Interpretaríamos dicho plante como fruto del carácter conflictivo de la persona obligada? ¿Tendríamos derechoa etiquetarla como problemática?
¿Dónde está el problema: en la persona obligada, en la que obliga o en la situación?


Es evidente el paralelismo de este ejemplo con el escenario que se presenta en los niveles educativos obligatorios, especialmente en edades próximas a la adolescencia, donde la obligatoriedad genera ya de entrada determinadas reacciones en contra, no atribuibles exclusivamente al alumno ni al profesor, sino más bien a la situación a la que uno y otro están expuestos.

En esta situación potencialmente conflictiva el conflicto no es algo excepcional, sino más bien la consecuencia natural ylógica, derivada de la propia naturaleza situacional.

No obstante, también es cierto que,partiendo de esta situación, hay profesores capaces de transformar esta situación en una actividad estimulante y atractiva, mientras otros contribuyen a que la sensación de obligatoriedad aumente.

Ante esta situación, al profesor no le cabe otra alternativa que adaptarse funcionalmente, aprendiendo a manejar en su propio beneficio una serie devariables que le permitan crear un clima favorecedor del aprendizaje y la convivencia.


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Ver también:


Un antídoto contra los conflictos (PDF - 227.3 KB)
El clima de clase. Problemas y soluciones (PDF - 242.4 KB)

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